En la entrevista realizada días atrás por Patricio Bernabé para “La Nación”, al Decano de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, Dr. Carlos Rosito, Master de Ciencia en Cuántica Electrónica y doctor en Física; se trató el problema del escaso número de aspirantes para las carreras de ingeniería.
Sobre este tema, la más alta autoridad de esa casa de estudios destacó que la falta de ingenieros en la Argentina ya está afectando el desarrollo del país; y que en el futuro esta situación se agravará, porque se necesitarán el doble de los profesionales que actualmente se gradúan, si la actividad económica se mantiene como hasta ahora.
Para paliar esta situación, se están implementando algunas estrategias para aumentar el interés de los alumnos de los colegios secundarios y de los que están cursando el Ciclo Básico Común.
En Argentina, las carreras que tienen mayor afluencia de estudiantes son las humanísticas, por ser consideradas las más fáciles, mientras que los que eligen ingeniería son apenas el seis por ciento del alumnado total; nivel muy bajo en relación a otros países emergentes que registran hasta un 40% de egresados por años.
Según la opinión del decano, una de las causas es la destrucción de las escuelas técnicas que se registró en los últimos años y aunque este problema se está tratando de normalizar, se necesitará mucho tiempo para solucionarlo.
Por otro lado, los estudiantes tienen una deficiente base de conocimientos de matemáticas y los exámenes de ingreso son decepcionantes.
También existe un problema cultural, la falta de interés de los alumnos en las necesidades de este país; mientras que en otros países, como China, Corea del Sur e India, los jóvenes tienen más motivación y sienten un mayor compromiso para participar en el desarrollo de su país.
La gran gama de carreras existentes es un factor que puede incidir en la escasez de matrículas en ingeniería, a pesar de los estímulos implementados para incrementarla, que lamentablemente, la gran mayoría de los estudiantes no conoce.
Las becas del Bicentenario por ejemplo, o las tutorías, no tuvieron el eco esperado, porque sólo elevó el caudal de alumnos en un diez por ciento, cantidad insuficiente, teniendo en cuenta que el índice de la demanda de cemento para obras se incrementó el 200%, según cifras proporcionadas por las cámaras del sector.
En estos momentos la facultad ha creado una subsecretaría que la vincula a la enseñanza secundaria y al Ciclo Básico Común, para intentar atraer el interés de los alumnos por esta carrera.
Pero además, es necesario contar con un plantel de profesores competentes que no son fáciles de conseguir.
También se está contemplando hacer publicidad en los subtes e implementar cursos de verano en algunas intendencias del conurbano para fortalecer los conocimientos de matemáticas que facilite el ingreso al Ciclo Básico Común y evite el alto índice de fracasos.
Existe un proyecto para crear un colegio técnico con un mayor nivel de calidad académica, como el Nacional Buenos Aires; mientras tanto, en la Universidad se está intentando mejorar la atención del alumno sin bajar las exigencias.
A largo plazo, la aspiración es reconstruir el sistema educativo primario y secundario para hacer menos dificultoso el ingreso a la universidad.
La escasa formación del ciclo secundario es una de las causas de la alta deserción en las carreras de ingeniería, pero además hay un alto número de estudiantes que al promediar sus estudios consiguen buenos trabajos técnicos en la industria, debido a la falta de ingenieros, y que abandonan porque prefieren trabajar y no recibirse.
Actualmente hay empresas constructoras que no aceptan trabajos porque les faltan profesionales; y en otras están adoptando la decisión de traer profesionales de otros países, como Colombia o Ecuador, porque no pueden abastecer las necesidades del mercado.
La mayoría de los alumnos de ingeniería avanzados reciben becas de empresas, pero muchas de estas becas quedan vacantes por falta de alumnos.