La ambigüedad se define como un doble sentido por diversas interpretaciones semánticas por polisemia u homofonía.
En el siguiente ejemplo el trato cortés puede llevar a equívoco.
El jefe encarga a su secretario que siga a un empleado. Quiere saber por qué se ausenta tanto tiempo de la oficina para almorzar. El secretario vuelve alterado y entre jadeos ansiosos le explica al jefe lo siguiente: “¡Aprovecha para ir a su casa y hacer el amor con su mujer!” -Bueno, se le puede disculpar. Ya se sabe… el amor… -¿Pero no le molesta? ¿No le importa? -inquiere asombrado el secretario. -¿Y por qué debería preocuparme? -Quizás no me entendió correctamente -dice el secretario al comprender- ¿puedo tutearle? -Sí, claro. -Pues verás: Aprovecha para ir a TU casa y hacer el amor con TU mujer.
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