Sabías por qué BUSCARLE TRES PIES AL GATO es tentar la paciencia de alguno con riesgo de irritarle?
También tratar de justificar lo injustificable causando molestia a los demás.
Buscarle tres pies al gato es dicho corrompido. El verdadero es buscarle cinco pies al gato. Así lo cita Sebastián de Covarrubias en su Tesoro de la Lengua Castellana (1611):
Buscar cinco pies al gato se dice de los que con sofisterías y embustes nos quieren hacer entender lo imposible; nació de uno que quiso probar que la cola del gato era pie.
Posteriormente el número de patas cambió a tres, y así se recoge en el Quijote (parte 1ª, cap. 22); uso que ha perdurado hasta la actualidad.
Una cuarteta anónima resume muy bien este dilema trivial:
El normal cuatro presenta,
tres si le falta una sola,
y cinco si quien las cuenta
toma por pata la cola.