Yo te deseo la locura, el valor,
los anhelos, la impaciencia.
Te deseo la fortuna de los amores
y el delirio de la soledad.
Te deseo el gusto por las cometas,
por el agua y los hombres.
Te deseo la inteligencia y el ingenio.
Te deseo una mirada curiosa,
una nariz con memoria,
una boca que sonría y maldiga
con precisión divina,
unas piernas que no envejezcan,
un llanto que te devuelva la entereza.
Te deseo el sentido del tiempo
que tienen las estrellas,
Te deseo la fe en los augurios
en la voz de los muertos,
en la boca de los aventureros,
que olvidan su destino
en la fuerza de tus recuerdos
y en el futuro,
como la promesa
donde cabe todo lo que aún
no te sucede.