Los problemas emocionales y la represión de los impulsos producen estrés y si ese estado de estrés se torna crónico puede producir serias enfermedades.
En el caso de la fibromialgia, el síntoma más importante es el dolor.
Las personas con alto nivel de auto exigencia que para lograr ser amados y valorados dejan de hacer lo que les gusta, reprimen sus impulsos, sus pensamientos y sus sentimientos; bloquean la energía de su cuerpo, generando un estado de tensión que se manifiesta a través de una gran variedad de síntomas como dolores musculares, cefaleas, malas digestiones y otros trastornos.
La fibromialgia, que es una patología desconocida e incomprendida; se puede definir desde un punto de vista holístico como la enfermedad de las emociones no expresadas.
Se produce debido a un conflicto interno que suelen sufrir las personas sobre adaptadas, que se esfuerzan por cumplir sus ambiciosas expectativas.
Se trata de personalidades perfeccionistas, voluntariosas, y responsables, con gran espíritu de superación, pero también rígidas irritables, obstinadas y soberbias, que tratan de sobresalir tanto en el ámbito académico, como laboral y familiar.
La ira y el orgullo reprimidos son dos características de la personalidad que se vincula con esta enfermedad y cada desengaño o desilusión representa una herida narcisística que va minando el cuerpo del que la padece.
Estos pacientes van perdiendo su capacidad laboral y cuando conocen el diagnóstico y se enteran de que se trata de un trastorno crónico, pueden caer en una depresión.
La fibromialgia es un síndrome que incluye síntomas como ansiedad, neuralgia intercostal, taquicardia, hipertensión, dolor abdominal, vómitos, temblores, dolores en el coxis, hueso sacro y caderas que llegan a inmovilizar las dos piernas, consecuencia que también se debe a los efectos secundarios de los medicamentos.
Toda enfermedad está expresando algo y para poder superarla, más que intentar eliminarla hay que tratar de entenderla e integrarla.
La medicina holística hace que una persona que padece esta enfermedad replantee su propia vida y sea capaz de cambiar.
En primer lugar el paciente tiene que cambiar de estilo de vida para bajar el nivel de estrés y de auto exigencia. Luego es necesario un cambio en la forma de relacionarse con los demás, aprender a decir que no, sin sentirse culpable, a perdonar y a perdonarse y a entender que la felicidad no viene de afuera sino de adentro.
Es importante que se deje de sentir víctima y que sea capaz de asumir la responsabilidad de su propia curación, aprendiendo a tener una nueva actitud hacia la vida.
Desde el punto de vista psicológico, es necesario que se dé cuenta, que a veces hay que cuestionarse los patrones sociales, culturales y familiares que se han incorporado, porque pueden llevar a tener una postura rígida, y también tiene que saber, que modificando esa forma de pensar puede alcanzar la curación.
No se trata de abandonar sus valores sino de cambiar los que ya no le resultan útiles para vivir en forma saludable; que la enfermedad representa una oportunidad para cambiar y que el momento para hacerlo es ahora.
Según la experiencia de Ma. Angels Mestre, autora del libro “Hablemos de Fribromialgia”; la acupuntura y la alimentación macrobiótica constituyeron los pilares básicos para el tratamiento de su enfermedad, así como otras terapias complementarias que menciona, que fueron las que terminaron con su larga trayectoria de dolor y sufrimiento.
Fuente: “Hablemos de Fibromialgia”; Ma. Angels Mestre. Ed. Cálamo.