Como dejar de complacer a la gente

Si esto te suena familiar, entonces eres un clásico “complacedor de la gente”, y con toda probabilidad, no consigues lo que quieres en la vida con facilidad. Es hora de cambiar este enfoque, ya no irá más hacia los demás, sino, hacia ti mismo.

Buscando los temores

Piensa en cinco ocasiones en las que hiciste o dijiste algo que no refleja fielmente tus deseos y necesidades con el fin de complacer a otra persona. Escríbelas.

Para cada una de estas ocasiones, imagina como puedes haber manejado las situaciones de una manera diferente, sin intentar complacer. ¿Qué es lo peor que pudo haber pasado?. Escribe tus peores temores.

Analizando los temores

Mira los temores.

• ¿Son realistas?
• ¿Son realmente tan terribles?

Es posible que tengas miedo de no caerle bien a la gente, de que alguien te deje, de quedarte sólo, de que te golpeen, si no dices lo correcto.

Estas atrapado en una prisión y es momento de salir. La gente que te rodea y complaces, debe estar dispuesta a aceptar que tienes tus propias necesidades.

Examina tu capacidad de establecer límites a los demás

• ¿Dónde están tus límites?
• ¿Qué es aceptable o inaceptable para ti?
• ¿Toleras lo intolerable?
• ¿Normalizas lo anormal?
• ¿Aceptas lo inaceptable?
• ¿Sabes lo que se siente ser tratado con dignidad y respeto?.

Aprende a identificar y etiquetar el tratamiento inaceptable de los demás y cómo poner límites a su comportamiento.

Considera de donde vienes

Muchas personas complacientes fueron criadas en ambientes donde sus necesidades y sentimientos estaban a un lado, o no eran considerados.

• ¿Primero están las necesidades de los demás?
• ¿Has aprendido que la única manera de recibir aceptación es hacer lo que otros quieren que hagas?

Si es así, hay una noticia, no todo el mundo quiere una presa fácil. Al centrarte en agradar a los demás, te abres a la manipulación y el abuso. Nunca alcanzarás tu potencial como individuo si constantemente te escondes detrás de las expectativas de otros.

Ayudar porque quieres hacerlo

Deja de basar tu autoestima en lo mucho que haces por los demás. Es noble que quieras ayudar a los otros, pero es algo que debes hacer porque quieres, no porque sientes que tienes que hacerlo.

Los mayores actos de bondad son los que se realizan por decisión propia, no por miedo o culpa.

• ¿Estás haciendo cosas por los demás para que no se sientan mal?
• ¿Tu acto es realmente genuino?
• ¿Te gustaría que otras personas te ayuden porque sienten que tienen que hacerlo?

Aprende a decir que no

No inventes excusas, da tus razones para no querer hacer algo. Empieza poco a poco a encontrar situaciones pequeñas para decir que no, y con firmeza. Pero con amabilidad.

La gente rara vez se ofende por esto, y los que no, no son dignos de agradar.

Pide lo que quieras

Si todos van a ver una película, y la mayoría desea ver una en particular, pero prefieres ver otra cosa, ¡dilo!. No hay nada malo en expresar tu opinión, y no tiene porqué significar que estás haciendo una demanda. Basta con recordar a la gente que eres una persona con sus propias preferencias.

En última instancia, debes recordar que nadie puede leer tu mente.

Haz algo por ti mismo

Siempre hay algo que quieres hacer, pero te retiene el miedo a lo que piensen los demás. Algo como teñirse el pelo, cambiar el look, ir de vacaciones a un lugar, cualquier cosa.

Hazlo por ti mismo y no te preocupes por lo que piensen los demás.

Compromiso

Si bien no es bueno ser una presa fácil, no es mejor ser un matón o un rebelde temerario. No llegues a ser totalmente egoísta.

Lo mejor es desarrollar habilidades de auto-cuidado, pero que incluyen habilidades de asertividad saludable. Puedes escuchar a los demás, pero en última instancia, haces tu elección.

Siempre que haya un conflicto de deseos, trata de llegar a una solución que satisfaga los deseos para ambos lados. Siempre hay una salida donde ambas partes ganan.