
En los primeros días de cada mes aquel hombre caminaba hasta el cercano poblado. Allí se le quería, pues solía ayudar a todo aquel que lo necesitaba.
De regreso hasta su casa siempre entraba en una pajarería en donde solía comprar varios pájaros de hermosos colores. Caminaba con ellos hasta llegar a un lugar del camino, en donde a ambos lados del sendero, había una inmensa vegetación. Allí, abría la jaula en donde los llevaba y les daba la libertad. El hombre se sentía también libre al hacerlo. Se sentía bien….
Esto lo venía haciendo día tras día y año tras año desde que llegó a aquel bonito lugar y de eso ya habían pasado muchos años…..
Un día éste hombre falleció y fue por deseo propio, ser enterrado en la tierra donde él quería. Sin ningún tipo de inscripción sobre su tumba. Solamente su nombre y una cruz de madera.
La tumba se lleno de flores por todos aquellos que lo conocieron. Por todos aquellos a los que había ayudado. Por todos aquellos que lo habían recordado.
Pasado un tiempo…poco a poco.. La
tumba se quedo vacía de flores…Y casi olvidada en el tiempo…. Solamente un día determinado de cada mes, grandes bandadas de pájaros de bellos colores, volaban hasta aquel hermoso lugar, y en sus picos, portaban pequeñas ramas llenas de verdes hojas que depositaban sobre la tumba de aquel hombre.
Ha pasado mucho tiempo ya desde que murió..Pero aquella tumba…mes a mes continúa siempre cubierta de grades tallos de verdes hojas
