Ni lo uno ni lo otro.
Ni lobo ni corderillo.
Mi ciego lazarillo,
qué lindo fue el salmoncillo
que en laguillo pesqué.
Salmón de piel reluciente
de las heladas aguas saqué.
La caña fue tiritando
¡Carretito virador!.
La lienza se fue tensando
¡Ay, que tiraba el lindor!
De a poco se fue cansando
¡Dos escapadas se dio!
De panza lo fui arrastrando
cuando el salmón se cansó.
Fue muy dura la pelea
pues media hora duró.
El salmón había mordido
el señuelo medio a medio
y en la mandíbula ¡fuerte!
el anzuele se incrustó.
La malla lo trajo al bote
¡un coletazo me dió...
boqueando fue preguntando:
"¿Qué fue lo que sucedió?"
Sorprendido va muriendo
sin comprender esta escena
no sabe el pobre salmón
¡Que él será hoy nuestra cena!
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