Querían pasarla al salón, pues las llamas de la chimenea secarían sus ropas y le quitarían el frío. No se puede derretir el hielo en el corazón, ni secar las lágrimas de la injusticia.
La casa estaba amueblada, aparentemente eran de maderas nobles. Sólo hacía falta abrir algún cajón para cerciorarse de que no solo era apariencia. A veces, cuando uno se siente atacado, fluye lo innoble. ¿No debería ser la bondad inherente al ser? Si es bondad es en todo momento. Entiendo la ira, pero existe el perdón, la reconciliación, y el reconocimiento de la equivocación. Claro que…no todos somos sabios, no todos rectifican.
Antes estaba de moda empapelar las paredes. Nos encanta cubrir las vergüenzas; ¿con palabras tal vez?. Y el cuerpo, en la botica está la mitad de la belleza; pero hay que despojarse de lo superfluo a la hora de dormir, se puede dar el susto del siglo.
Esto no es malo, lo malo es cuando se te enquista un pensamiento, entonces las personas se pueden volver enfermizas, obsesivas. Un virus en el cuerpo, ratones en la casa.
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