Si mis pensamientos me hacen feliz o desdichado,
Te agradezco Señor, la señal que me has dado...
¡Hoy, decidí ser feliz!
Y empezaré por sonreír, no hay nada como dar
Y recibir una sonrisa, la vida no corre tan aprisa
Y el corazón se regocija...
Gozaré cada momento del resto de mi vida,
Comprendí que la felicidad es un trayecto,
No una meta...
Disfrutaré combinando mi pasado,
Mi presente y mi futuro,
Me conoceré mejor y limpiaré mi alma con amor...
No tengo límites ni sueños imposibles,
El éxito es sólo recompensa, pero,
¿De qué valdría, si no pongo mi amor y mi conciencia?
Entenderé más a los que amo,
Sin intentar cambiarlos,
El afecto verdadero,
No conoce de condiciones ni requisitos...
Sacaré rencores del corazón,
Arrepentido y perdonando todo error.
Dios tan grande y poderoso, perdonó...
Avivaré mi fe y mi esperanza,
Tendré optimismo,
¡Hasta para reírme de mí mismo!
Serviré sin esperar nada y desinteresadamente,
Para seguir la felicidad, eternamente...
¡Hoy, decidí ser feliz!