En un soplo del viento, hecha brisa azul en el espacio, se posó a sus pies. Las suaves manos alcanzaron la flor con ternura. El roce de sus pétalos en ellas, le hicieron sentir un leve escalofrío, presagio de un incierto acontecimiento cercano.
El sentimiento de incertidumbre hacia el misterio sacudió su corazón, haciendo que distraidamente cerrara la mano. Un pétalo se desprendió dejando púrpura entre su dedos. La flor había cumplido su cometido pactado con las estrellas.
De cada punto purpúreo, casi imperceptibles a la vista, surgieron rayos de luz de plata cargados de sueños. Por sus estelas, unicornios y hadas se daban cita trajinando ilusiones.
Su mirada extasiada vivía admiraba de cada bello sentimiento que la vida, ante si, le iba presentando. Su sabio corazón, conmovido, le susurraba la alegría de lo arcano.