
Aquella mujer
vive en una niña tierna
con el perfume de las azucenas
y los barriletes de invierno.
Mujer serena
pincelando nubes,
acariciando palabras con un beso...
Hija del silencio
se disipa
desplegando sus alas quietas.
La noche
arrasó con la luz;
un niño juega en los andenes,
dibuja sombras,
años, tiempos...
Cuenta sus secretos
a aquella mujer de cielo eterno
de caramelo.
|