
En calma, embravecido o huraño,
siempre demostrando tu poderío,
contra las rocas, los acantilados,
las playas, cantiles, barcos y ríos;
apenas tienes amigos que te quieran
y puedan convivir contigo,
porque tu fuerza te hace dictador
y dueño perpetuo de tus vecinos;
que se han unido para limitar tus aguas
y romper en espuma, tus bramidos,
convirtiéndote en un charco en el mundo
de agua salada, con sabor a río……
