Una vez un hombre miró el sol que se escondía tras el horizonte, por primera vez en mucho tiempo no se sintió solo.
Observó las estrellas que empezaban a titilar suavemente en el cielo, y después, la hierba aún verde, el árbol hermoso, y el agua cristalina, pura y leve que corría alegre por el arroyo.
Mas aquella tarde no se sintió solo, porque comprendió que todas las cosas .-el sol, el cielo, el horizonte, la verde hierba y el árbol hermoso, el agua transparente y fresca-. eran una sola y misma cosa : Polvo de estrellas. Y se dio cuenta, que él también era polvo de estrellas.
Sin embargo, a pesar de ser todos una misma cosa, el árbol era árbol, la hierba, hierba, y el agua, agua; y él, hombre. Vio que el árbol tenía todo cuanto necesitaba a su alrededor para ser árbol, lo mismo que la hierba para ser verde o que el agua para ser líquida y fresca.
Entonces aquel hombre comprendió en lo más profundo de su ser, que la Naturaleza siempre le proporcionaría todo lo que le fuese necesario para ser Hombre.