Como terminar con la pereza y ponerte en marcha
A menudo, las personas llamadas “perezosas” no lo son. Los perezosos se sienten abrumados cuando se les presenta una tarea que parece más digna de un gran equipo, que de una sola persona.
A veces, sin embargo, es la pereza crónica que entra en acción y nos impide hacer las cosas que hay que hacer. Si eres una persona crónicamente perezosa, entonces para mejorarte necesitas encontrar tu propio camino desarrollando la práctica de ser tu propio mejor amigo en lugar de tu propio peor enemigo.
Afina como repartir tu tiempo y esfuerzo para todos los días y esfuérzate más en formas que sean más significativas para ti. Este artículo te ayudará a ponerte en marcha.
Trata de averiguar el detalle o problema que te detiene
Lo más probable es que el tema de conflicto sea más pequeño de lo que crees que es, y puedes hacerlo más fácilmente de lo que piensas. Sea lo que sea, no te des por vencido hasta que encuentres una manera de superarlo de alguna manera.
Recuerda que es probable que sea un problema o detalle único, específico. Thomas Edison es el famoso inventor de la bombilla que demostró persistencia heroica, y sin duda se le encendió la lamparita cuando dijo que “No hay sustituto para el trabajo duro”.
Tan simple como puede parecer estar alerta al hecho de que la única manera para que puedas hacer algo que tu mismo tienes que hacer es, realmente hacerlo.
Reflexiona sobre la importancia del problema o meta
- ¿Es algo que realmente puedes darte el lujo de ignorar?
- ¿Es algo que alguien más puede ayudar?
- ¿Puedes olvidar esto y tratar un enfoque diferente?
- ¿Estás siendo demasiado perfeccionista?
Convéncete de que puedes hacer algo
Algunas personas que se creen perezosas en realidad recrean y reviven un momento triste o desagradable de la infancia.
No hay necesidad de indagar en tu pasado, pero si te sientes atrapado intenta saltar, hacer la tarea y pensar que a pesar que era un viejo hábito que te daba miedo hacer, ahora lo puedes conseguir y ser productivo.
No tengas miedo de pedir ayuda
Luchar con cualquier cosa es más difícil con una sensación de aislamiento, pero debes diferenciar entre las tareas que son “difíciles” y las que son “imposibles de hacer solo”, sin olvidar la fuerza muscular que es muy influyente en esta determinación.
Decide iniciar el trabajo y estarás bien en la forma de completarlo
La vida es difícil y cuanto antes te das cuenta de que este hecho no va a cambiar, pronto puedes comenzar el giro para hacer frente eficazmente a los aspectos prácticos de la supervivencia.
Mejora tu actitud personal y aumenta tu disponibilidad para tolerar la rutina, porque después de todo, es bueno y constructivo.
Supera esa inercia inicial que es, naturalmente, la confianza acumulada para satisfacer las demandas de la vida.
Tomate tu tiempo
Divide el trabajo en pequeños pasos. Encuentra la manera de hacerlo de una manera relajada y controlada. Céntrate siempre en una tarea: la que estás haciendo.
El cerebro tiende a trabajar ineficientemente cuando hay una presión constante para hacer varias cosas con plazos ajustados.
Secretos para dejar la flojera
Usa el sentido común y la imagen del demonio y el ángel en tus hombros. Si trabajas utilizando el sentido común, el ángel va a ganar y el demonio va a perder (siempre).
Si no trabajas o no necesitas salir de tu casa en la mañana temprano, pon el despertador para despertarte a una hora decente – por ejemplo las 7 am. Dúchate, vístete y sal de tu habitación. Siempre vestido como si estuvieras pensando en dejar la casa.
Asegúrate de que tienes una dieta saludable, la comida chatarra no le da a tu cuerpo los nutrientes que necesitas para estar activo.
Corre por el barrio un par de veces a la semana, y con el tiempo verás una mejora en la forma en que te sientes. El ejercicio te dará una gran motivación y evita la pereza.
Asegúrate de beber mucha agua todos los días.
Duerme lo suficiente cada noche para estar más despierto en el día.
Considera la posibilidad de deshacerte del televisor.
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