Un sentimiento que contenga amor,
puede viajar kilómetros de distancia.
Un sentimiento lleno de cariño,
puede atravesar las montañas más altas.
Un sentimiento de felicidad,
puede volar por los aires para robar una sonrisa
a aquella persona que tanto adoras.
Y un sentimiento que nace desde el corazón,
nada ni nadie puede detenerlo.
La distancia es una lección pasajera
para aquellos que desean afrontarla.
La distancia nos enseña a amar
y, sobre todo, a valorar los pequeños detalles
que la vida nos ofrece.
La distancia se acorta a medida que el amor crece.
Y para todas aquellas personas
que viven una relación confrontando a la distancia,
nada ni nadie podrá detenerlas,
porque conocen perfectamente
el significado de la palabra esfuerzo,
de la palabra lucha,
de la palabra valoración,
de la palabra felicidad
y sobre todo de la palabra amor.
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