Ernst Kretschmer (1888-1964), médico psiquiatra y neurólogo alemán, investigador de la relación entre el carácter y la constitución corporal, realizó estudios detallados que fueron publicados en sus libros: “Constitución y Carácter”; “Psicología Médica”; “Hombres geniales”; “Delirio sensitivo-paranoide”; “Histeria, reflejo e Instinto”; y Estudios psicoterapéuticos.

En su obra “Hombres geniales” refleja la investigación realizada sobre la constitución de muchos hombres sobresalientes de la historia, que se destacaron en la ciencia, el arte, la literatura, la religión, la política, etc.

Kretschmer comenzó a investigar la psicología de los genios que posteriormente sufrieron enfermedades mentales como la depresión maníaco depresiva o la esquizofrenia y también los que tenían antecedentes familiares de esas enfermedades.

Luego, extendió estas investigaciones a hombres eminentes, que según datos fotográficos o mediante descripciones detalladas de quienes los conocieron, pertenecen al mismo tipo constitucional.

De esta manera, Kretschmer logra ilustrar su teoría con ejemplos concretos de hombres brillantes, relevantes para la mayoría.

En este libro, este psiquiatra formula la hipótesis de que muchos de los más notables filósofos, teólogos y fundadores de religiones son leptosomas – esquizotímicos, contrariamente a los naturalistas, los médicos y los experimentalistas de las ciencias naturales, que generalmente son pícnicos-ciclotímicos.

Para demostrar esta hipótesis estudió detalladamente retratos de hombres de ciencia, médicos y personalidades destacadas de todo tipo.

La hipótesis de Kretschmer la confirman la característica de personalidad de varios hombres eminentes en filosofía, como Descartes, Locke, Spinoza, Kant, Shopenhauer, Hegel y Nietsche, que fueron tipos leptosomas puros o casi puros.

Con respecto a los fundadores de religiones, la excepción es Martin Lutero, que era pícnico y no leptosoma-esquizotímico, pero se puede advertir que a diferencia de Calvino, que sí era leptosoma, Lutero tuvo la misión de atenuar los aspectos más formales de la religión y de enfatizar los valores más terrenales, rasgos característicos de los ciclotímicos.

En cuanto a los genios de la literatura, la mayoría de los novelistas realistas, humoristas o costumbristas, son pícnicos, como Balzac, Zola, Keller y Dickens, que son buenos ajemplos. En tanto que los escritores críticos o sarcásticos como Votaire, Heine, Shaw y también los poetas líricos, que muestran no poder adaptarse a la realidad, son leptosomas, como Shakespeare, Tasso, Schiller, Strindberg, Hölderlin y otros, que fueron grandes dramaturgos que proyectaban en sus obras sus conflictos internos.

En la política, Kretschmer estudia detalladamente a dos personalidades de la revolución francesa; el pícnico Mirabeu y el leptosoma Robespierre; cuyas teorías son un ejemplo de sus actos y de sus rasgos de carácter.

En cuanto a la personalidad de los grandes monarcas, amantes del lujo y el placer, son principalmente pícnicos, mientras los grandes conquistadores como Alejandro Magno o Julio César, serían generalmente leptosomas; con excepción de Napoleón que no lo era. Para Kretschmer, Napoleón no era tampoco pícnico sino displástico.

Kretschmer no subestima el valor de la experiencia en la formación del carácter y en la genialidad de las obras de los grandes hombres, pero desea demostrar que además, esas obras son la evidencia de la influencia de la constitución y del temperamento en la formación de la personalidad, la conducta y el desarrollo intelectual.

Fuente: “La Estructura de la Personalidad”; Joseph Nuttin.