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Mal de Parkinson
En 1992, a la edad de 29 años, al actor canadiense Michael Fox, famoso en Estados Unidos y en el mundo por haber protagonizado hace más de un cuarto de siglo la película “Volver al futuro”; los médicos le diagnosticaron el mal de Parkinson.
Parecía una ironía de la vida; justo él, que con su corta estatura y su cara de eterno adolescente, era en ese momento la imagen de la juventud, fue sentenciado a sufrir una enfermedad que generalmente sufren los ancianos.
En ese momento, todo su mundo pareció derrumbarse y se sintió impulsado a hundirse en la depresión y el alcohol y a alejarse de su esposa e hijo; sin embargo, de pronto, milagrosamente, tomó conciencia que su vida dependía de él mismo.
Hoy afirma que se pudo recuperar porque encontró la riqueza de su alma y que su enfermedad lo hizo mejor ser humano, mejor esposo y mejor padre.
Esta dura experiencia siendo tan joven lo llevó a liderar la lucha contra el Parkinson, una enfermedad que raramente se manifiesta en la juventud y que a él, contrariamente a cualquier expectativa, le cambió la vida para bien, abriéndole las puertas a muchas otras oportunidades.
A pesar de que su enfermedad lo obligó a abandonar en parte su exitosa carrera, actualmente, a los 50 años aún luce un aire juvenil y puede continuar participando en el mundo del espectáculo respetando sus limitaciones.
Su carisma lo convirtió en alguien muy querido en el ambiente artístico y aún conserva el encanto y humor que lo hicieron destacarse en varias películas y series de televisión.
Michael Fox es un hombre que aprendió a ser feliz con su problema, un grave problema que pudo aceptar y trascender siendo flexible. Responde muy bien al tratamiento y hoy sólo sufre de ligeros temblores, de alguna dificultad en el habla y de leves trastornos en sus piernas que no le impiden ser autosuficiente y tener una vida normal.
La película “Volver al futuro” que protagonizó en 1985, fue la más taquillera en Estados Unidos ese año; quizás, porque detrás de su risueña y fantástica historia se esconde algo más profundo, como que la posibilidad de cambiar el destino puede depender de nosotros.
Este trabajo transformó su vida y lo hizo famoso en todo el mundo; y después del diagnóstico de su enfermedad lo convirtió en la persona más indicada para llevar, desde la fundación que creó, un mensaje de esperanza a todos aquellos afectados por este mal.
Michael Fox es feliz en el presente y no le teme al provenir, porque alguna vez pensó que no tenía futuro y se equivocó; no sólo tuvo futuro sino que además es mejor de lo que podía haber imaginado.
En su momento fue capaz de ordenar su vida y no tuvo reparos en hablar de su enfermedad al público afrontando las consecuencias.
Está casado desde hace 24 años con la actriz Tracy Pollan, quien lo apoyó en sus días difíciles, y tienen cuatro hijos.
No son pocos los que han sufrido graves traumas siendo jóvenes y que han sabido hacerle frente a la adversidad siendo capaces de elevar su condición a partir de sus desventajas; porque la minusvalía física se puede convertir en un desafío, en una vida que tal vez sin esa experiencia no hubiera trascendido.
El problema no es lo que nos pasa sino lo que hacemos con lo que nos pasa; porque si prestamos atención, podemos darnos cuenta que las circunstancias se van entretejiendo, dando como resultado un entramado mucho más lleno de sentido.
Depende de nosotros dejarnos vencer por las aparentes dificultades o decidirnos a aceptar los desafíos que nos imponen los cambios.
La vida nos da la oportunidad de descubrir un propósito que no siempre coincide con el que hemos elegido y nosotros podemos decidir seguir adelante con nuestra elección, venciendo infinitos obstáculos o dejarnos llevar por la vida, hacia lo desconocido, que puede permitirnos cumplir un propósito más elevado
la guia de psicologia.