
Un día, la Belleza y la Fealdad se encontraron en una playa, y se dijeron: ¡Bañémonos en el mar! .
Entonces se quitaron la ropa y empezaron a nadar en las aguas. Pasado un rato, la Fealdad volvió a la playa, se vistió con la ropa de la Belleza y se fue.
Y la belleza también salió del mar y no encontró su ropa, y como era demasiado tímida para quedarse desnuda, se vistió con la ropa de la Fealdad y siguió su camino.
* Y desde entonces hasta hoy, hay hombres y mujeres que se engañan, y confunden a una de ellas con la otra.
Sin embargo, hay quienes han contemplado el rostro de la Belleza y la reconocen, pese a sus vestiduras. Y hay quienes conocen el rostro de la Fealdad, sin que sus ropas la oculten a sus ojos.

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