Todas las mañanas me despierto con una afirmación positiva para cada aspecto de mi vida presente; por ejemplo, para mi casa, mi familia, mi trabajo, mi mundo y mi salud y la de todos mis seres queridos, para poder disfrutar hoy de todo lo que soy y de lo que tengo, poder dar y recibir amor, tener compasión y generar abundancia para todos.
Poco a poco y de esta manera, he ido transformando mi conciencia y cambiando de forma de pensar, lo que me ha proporcionado mucha paz y tranquilidad y me permite gozar de buena salud y disfrutar del tiempo presente.
Esto me motiva a trasladar estos conocimientos ancestrales una y otra vez, para lograr que todos puedan tener la misma oportunidad, no importa quiénes sean, de donde vengan o lo que hayan hecho, porque todos sin excepción pueden cambiar su vida, tener lo que desean y ser felices.
No existe ningún factor externo capaz de alterar nuestro estado de ánimo o nuestros pensamientos, ni nada ni nadie a quien podamos echarle la culpa de todo lo que nos pasa, porque cada uno de nosotros es totalmente responsable de sus experiencias y porque es nuestra forma de pensar la que va creando nuestra realidad y la que va condicionando nuestro futuro.
Tenemos poder para construir el día de hoy y nosotros somos los que vamos a decidir cómo deseamos vivir lo que se presenta, porque el problema no es lo que nos pasa sino cómo vivimos lo que nos pasa.
Todos tenemos en el fondo de nuestro corazón antiguas heridas que en muchos casos todavía sangran, porque somos más capaces de conservar viejos odios y resentimientos y hasta de odiarnos a nosotros mismos, en lugar de intentar perdonar y perdonarnos.
Se puede así vivir cargados de culpas, convencidos de no tener la capacidad de hacer algo bien y que por lo tanto nada se merecen.
¿Cuántas veces han pensado que no sirven para nada y hasta qué punto se han convencidos de ello? Estos son los pensamientos negativos que se pueden cambiar.
Vivir con culpa, rencores, resentimientos y constante espíritu crítico hacia nosotros y hacia los demás, hace daño al cuerpo y lo enferma.
Si se pueden dar cuenta que es la forma de pensar la que los está matando, podrán curarse cualquier enfermedad por grave que sea, porque cuando la mente cambia el cuerpo también cambia; y aprobarse a uno mismo, aceptarse y amarse también hace que todo cambie alrededor.
Solamente tenemos que aprender a perdonarnos y a perdonar.
Las afirmaciones ayudan a cambiar el cuerpo y a curar sus enfermedades, porque basta con darse cuenta de cuáles son los pensamientos habituales para liberarse de ellos.
Las afirmaciones tienen que ser dichas en positivo, por ejemplo:
Me acepto, me apruebo.
Me valoro y me amo
Puedo tener todo lo que deseo
Mi salud es perfecta
Todos los que me rodean están sanos y sus vidas son felices y prósperas
Puedo dar y recibir amor
Merezco ser feliz
Estoy siempre de buen humor
Hago todo con entusiasmo
Tengo todo el dinero que necesito
Perdono todo a todos y me perdono
Mi creatividad y mis ideas aumentan día a día
Todas las afirmaciones se cumplen si cambian sus vieja manera de pensar, que los hizo hasta ahora desdichados, por nuevos pensamientos que los harán más felices, prósperos y libres.
Fuente: “Usted puede sanar su vida”; Louis L. Hay