El cuerpo es un armario lleno de pequeños cajones. Miles de emociones se guardan dentro: ira, alegría, incertidumbre, duda, amor, odio, asco...Los botones que hacen abrirlos son invisibles, y cada persona desde fuera toca uno diferente. Hay personas que tienen mando a distancia, y sólo tocan la ira, o el llanto. No todas son así, hay algunas con buen dedo.
Una mirada puede accionar mil botones. Tiene una fuerza inusitada. Un parpadeo puede borrar un sueño.
La nada es un armario cerrado a cal y canto.
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