El mar batia con fuerza contra las rocas cuando el Sol,rojo como la sangre, se hundia lentamente en el horizonte sembrando de sombras la blanca arena de la playa, y de oscuros recuerdos ,los corazones enamorados ,de los hombres.
El niño, que miraba ,embelesado el maravilloso espectaculo, mientras recojia de sobre la arena los ultimos restos de una tarde de pesca, no se percato de una figura que se la habia aproximado por detras.
De pronto escucho una voz, que a pesar de serle familiar, le sobresalto.
!Que espectaculo! dijo aquel hombre de aspecto serio pero a la vez amable -si-dijo el niño precioso,no me cansaria nunca de mirarlo.
Es verdad dijo aquel hombre !es el adios del Sol a su amada Luna!
¡Como es eso? inquirio el niño, curioso.
¡Tus padres no te han contado nunca esa historia! exclamo el viejo.
No, nunca ,contesto el niño.
Pues veras,sientate aqui a mi lado y mientras vemos como llora el Sol y sale la Luna te la contare yo.
Hace muchos años-comenzo el viejo-mirando a los ojos del niño- el Sol y la Luna se prometieron amor eterno con la bendicion del Buen Amante de Todos Nosotros, serian felices eternamente,les prometio,con una unica condicion,-que nunca el engaño naciera entre ellos-.
Pasaron muchos años y cada dia salian a pasear su amor los dos por el cielo, el Sol y la Luna juntos,no existia la noche ni el dia ni el amanecer ni el atardecer y asi poco a poco vieron nacer las estrellas del cielo- el fruto de su amor.
Pero como no hay mal ni bien que cien años dure cierto dia dio por pasar por alli a un viejo lucero, montado en un estupendo y reluciente cometa, que al ver la belleza de la Luna quedo prendado de ella, y lo fue peor ella de el.
Al enterarse de ello El Buen Amante de Todos Nosotros, fue tal el enfado que estrello al lucero contra el cometa creando de esta manera una nueva constelacion.
Y cojiendo al Sol y a la Luna les dijo- a partir de ahora os condeno a no veros mas que unos minutos al dia y a ti Luna a perder tu luz , solo reflejaras la luz del Sol.
Cuando al dia siguiente el Sol salio-como cada dia- y no ver a la Luna- pregunto ¿donde estas amada? ! vuelve que yo te perdono!
Oyendelo El buen Amante de Todos Nosotros le dijo al Sol. Sol tu si quieres puedes perdonarla estas en tu derecho de corazon enamorado pero yo no puedo a faltado a mi confianza y eso no se lo perdonare nunca.
Tan triste quedo el Sol que no pudo evitar ponerse a llorar durante ciento de miles de años, creando de esta manera los mares con sus lagrimas de amor.
Ahora ya sabes-dijo el viejo- porque el agua del mar es salada. si -dijo -el niño.
Y cojiendo a su abuelo por la cintura marcharon los dos bajo la atenta mirada de El Buen Amante de Todos Nosotros.

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