Como los niños
son muchas las veces que ilusionamos
y es entonces cuando creemos ver en otros
lo que hace tanto que esperamos
el reflejo de nosotros mismos
pero la ilusión se desvanece,
se diluye
y atónitos y entristecidos la vemos marchar
rápido...muy rápido
y de repente nos encontramos
frente a lo desconocido
nos invade el desencanto
y sentimos soledad
mientras ELLA, burlona...
nos sonríe sin piedad.