Tú eres el norte de mi caminar. Tú eres la estrella blanca de mi libertad. Tú eres el flamenco que me enamora. Me cantas bajito al oído, con el fondo de las palmas. Se me enciende el corazón al calor de las candelas, y veo tu sombra bailar descalza sobre la arena. La luna y las estrellas son tus fieles compañeras y yo presa de tu embrujo, te sigo como ellas. Tú eres el acorde de mi guitarra. Tú eres la onda de mi vestido. Tú eres el gesto de mis manos. El amor que nunca he tenido, el amante ansiado.
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