Mis Amigos del Alma llegaron a mi vida de extraña manera, jamás imaginada, jamás pensada por esta mente humana, cuando más los extrañaba, cuando más los necesitaba, aparecieron con su inigualable dulzura, envueltos con la luz resplandeciente de Dios, y se reencontraron en mi corazón junto a Mi hermoso Ángel Guardián, el nos ha unido, en esta hermosa vida, donde seguiremos distintos senderos, pero unidos por al amor de nuestras almas, que se reconocieron al primer instante, no había duda, fuesen cuales fuesen las circunstancias de esta vida, no existió barrera alguna para que nuestras almas una vez más llegaran a estar juntas, solo quien a despertado a la verdad de la vida podría comprender esta grandiosa conexión, guiada por “Dios” gran maestro creador en su infinito amor, en este nuevo comienzo cerrando ciclos, poniendo fin a lo que nos daña, individualmente, en su momento, en el lugar indicado, pero al mismo tiempo los tres tomados de la mano, construyendo el gran sueño de nuestra vida, ese que nos hará vivir con felicidad, paz, fe, esperanza, y la mayor fuerza del universo el Amor, diseñando cada día como el mejor arquitecto a su plano, dando el color a pinceladas como el mejor de los pintores en sus lienzos, para luego ponerlo en marcha haciendo realidad cada trazo de ese plano, cada tono de esos color maravillosos, y así Mis Amigos del Alma les digo no hace falta contacto físico alguno, no es necesario mirar sus ojos, ni siquiera oír sus voces, porque nuestras almas ya lo han hecho, sin notarlo, se conocieron, dándose la mas calida bienvenida, retomando lo que en alguna vida anterior quedo pendiente, gracias por llegar justo a tiempo, sin su compañía, sin ustedes Mis Amigos del Ama, jamás hubiese superado cada prueba que he logrado vencer, no hubiese podido seguir el camino de luz en el que me quede de pronto, sin saber hacia donde seguir, no hubiese hallado la luz del conocimiento acercándome más a Dios, por esto grandes, generosos, y sutiles son indiscutiblemente Mis Amigos de Alma, Mis Grandes Amigos del Alma.