Se dice que Emile Littre', un famoso lexicografo frances, fue
pillado por su esposa con las manos en la masa, digo en la criada, en el
lecho conyugal. La esposa, muy diplomaticamente, le dijo :
- Emile, estoy sorprendida.
Pero Emile, como buen lexicografo, le contesto :
- No, cariño, tu estas asombrada; el sorprendido soy yo.