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LA DANZA EN EL CAMINO
 
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General: ACTITUD FRENTE A LA ENFERMEDAD
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Réponse  Message 1 de 3 de ce thème 
De: Ross-Dafne  (message original) Envoyé: 19/09/2012 05:51

ACTITUD FRENTE A LA ENFERMEDAD

Todos los seres humanos tenemos la tendencia a pensar que viviremos por lo menos hasta los 90 años. Por eso hacemos planes para cuando nos jubilemos y después pedimos a Dios que nos de salud hasta el final, esperando que llegue lo más tarde posible. Pero nuestra existencia no está marcada por nuestros deseos, sino por el tiempo que Dios ha decidido concedernos desde antes que naciéramos. De todas formas no está mal que pensemos en vivir el máximo de tiempo, es una expresión de nuestro instinto de supervivencia.

Muchas veces las cosas no son como quisiéramos y tengamos la edad que tengamos, podemos tener graves problemas de salud. Puede ser que un día vayas al médico, porque tienes una pequeña molestia y después de hacerte unos estudios, te digan que tienes una enfermedad complicada, que tienes pocas posibilidades de superarla y que tu vida está en riesgo.

Imagínate la cara de sorpresa y espanto que pones, eres joven y te preguntas: ¿Cómo es posible que esto me ocurra a mí? Esto no estaba en mis planes. ¿Y qué voy a hacer ahora, que pasará con mi trabajo, mi familia, y mis hijos…? Es una reacción normal, porque nadie está preparado para una situación de este tipo, siempre pensamos que esto les ocurre a los demás y de alguna forma, sufrimos una profunda crisis existencial.

Cuando algo así nos sucede, tenemos dos opciones: Entregarnos y abandonarnos a la enfermedad o hacerle frente. Si nuestra actitud frente a la enfermedad es negativa o positiva, depende de nosotros, como lo veremos en esta historia:

Un hombre y su hija de 27 años, recibieron el mismo día la terrible noticia de que ambos padecían de cáncer. El padre reaccionó de una manera negativa y dijo: ¡Esto es el fin y no voy hacer ningún tratamiento! y se abandonó totalmente a su suerte. Cayó en una profunda depresión y a los cuatro meses falleció.

Por el contrario su hija tomó una actitud totalmente diferente. Ella en medio de sus temores, manifestó su deseo de vivir, siguió todo el tratamiento que le ordenaron los médicos y además hizo lo que sin duda, es lo más importante en estos casos; buscó apoyo y fortaleza en Dios. Hoy después de un año, está completamente sana y no quedan rastros de su enfermedad.


Dos historias, dos casos similares, dos actitudes diferentes, dos resultados distintos.

El avance de la medicina ha sido increíble en los últimos años, pero en muy pocos casos se tratan los aspectos más personales, emocionales, psicológicos y espirituales. Por alguna razón nos han hecho creer las cosas que tienen que ver con la parte espiritual de la persona, poco tienen que ver en el tratamiento de la enfermedad. Sin embargo, es el factor más importante a tener en cuenta, ya que la parte espiritual aporta al enfermo paz, fortaleza y bienestar, en medio y a pesar del sufrimiento.

La medicina debería actuar de una manera integral, es decir preocuparse por definir las necesidades del enfermo y su entorno familiar, y considerar en su cuidado también los aspectos emocionales y espirituales. Sin embargo, la preocupación por las necesidades espirituales y su papel en la recuperación o aceptación de la enfermedad, parece haber quedado fuera del interés, tanto del mismo enfermo, como de sus familiares y la mayoría de los profesionales.

Es indudable que la espiritualidad del enfermo puede ser una fuente de fortaleza para asumir su situación, para darle sentido a la vida a pesar del sufrimiento físico, anímico y psicológico. De esta manera, la espiritualidad influye considerablemente en las decisiones y especialmente en la evolución de la enfermedad y también en la respuesta del enfermo al tratamiento.

No debemos confundir la dimensión espiritual de una persona, con lo religioso. Cuando se habla de «lo espiritual» se hace referencia a tener una vida que se basa en los conceptos y valores que Jesús enseña en la Biblia, entre los cuales vemos que Él puede sanar todo tipo de enfermedades, desde un simple resfriado, a la enfermedad más cruel.

Para muchas personas, ser espiritual, es ser de una determinada religión, pero el ser cristiano no tiene nada que ver con lo religioso. No se trata de religión, sino de mantener con Jesús una relación profunda y auténtica, en lugar de simplemente tratar de cumplir una serie de preceptos, prácticas y ritos, para ganarnos su favor. No se trata de hacer cosas, ni de creer cosas, sino de ser.

Si bien no todas las personas tienen una religión, todas tienen, de alguna manera, inquietudes espirituales y éstas aumentan en situaciones especiales como la enfermedad. Frente a situaciones existenciales más significativas y evidentemente ante una enfermedad seria, limitante o amenazante, surgen interrogantes, incertidumbres, temores, culpabilidades, necesidad de arreglar cuentas pendientes, reconciliaciones, esperanzas, deseos de expresar voluntades, etc.

Una enfermedad grave, es capaz de acabar con la vida o de generar importantes limitaciones, y constituye para el enfermo una situación de crisis personal que va más allá de lo meramente orgánico. La enfermedad trae aparejada junto a lo somático, una crisis espiritual que la mayoría de los médicos tienen dificultad para entender y tratar, quizás también por eso, se ha evitado atender los aspectos espirituales de la enfermedad, transformándolos en una especie de tabú. Con mucho respeto y total discreción, el personal médico debería abordar los temas espirituales con los pacientes, y considerar el incorporar la asistencia emocional y espiritual como parte de la terapia y como exigencia ética en la medicina del paciente y su familia.

El sufrimiento existencial o espiritual en esta etapa es muy profundo y se manifiesta en una pérdida de esperanza, sentirse una carga para los demás, perder todo sentimiento de dignidad; y en muchísimos casos un deseo profundo de no sobrevivir e incluso de quitarse la vida. Por esto, es de suma importancia que el personal médico comprenda integralmente la enfermedad, desde lo físico, hasta su efecto en lo personal, social, emocional, psicológico y espiritual de cada persona enferma.


«Busca a Dios de todo corazón, ya que en Él, podrás hallar amor, paz, consuelo, afecto, cariño y principalmente alivio para soportar tus cargas»

José Luis Prieto





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Réponse  Message 2 de 3 de ce thème 
De: BRISASUAVE Envoyé: 19/09/2012 07:27
Primi, me ha gustado leer tu mensaje, es fortalecedor.
Gracias amiga.
Un beso.
 
Brisasuave

Réponse  Message 3 de 3 de ce thème 
De: Amaly Envoyé: 19/09/2012 07:32
Muy interesante.
Gracias por tu mensaje.
Abrazos
Amaly
 


 
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