Richard Gere ha cumplido con la promesa apresurada que formuló cuando se marchaba de San Sebastián en 2007: «volveré». Y lo ha hecho con la mejor de sus sonrisas, acompañada de esa cercanía amable que encandiló al público en su anterior visita. El de 'Pretty Woman' llegó a la capital guipuzcoana como la Cenicienta, poco antes de que el reloj marcara la medianoche, y supo agradecer la cálida acogida que le brindaron las decenas de fans que, desde horas antes, abarrotaron los alrededores del María Cristina. Saludos, autógrafos y besos a lo largo de todo el vallado de seguridad entretuvieron al 'gentleman' del cine estadounidense por varios minutos, antes de perderse en el interior del hotel acompañado por su esposa, la actriz Carey Lowell, y por director del Zinemaldia, Jose Luis Rebordinos.