La paz interior es la liberación de toda perturbación, de la ansiedad, la violencia, el descontrol y la agitación. Es el fin de la lucha contra los otros y también contra uno mismo.
El que tiene paz interior está libre de conflictos, porque no se encuentra dividido y no necesita muletas ocasionales ni apoyos.
El hombre tiene el derecho de vivir en paz, porque ese es su estado natural, sin embargo, aunque todo el mundo desea la paz es difícil mantenerla.
Solamente los sabios, las personas bondadosas y los santos tienen el corazón en paz, porque han logrado controlar sus sentidos y su mente inferior.
Los enemigos de la paz son las emociones negativas como las pasiones, los celos, la envidia, el odio, el orgullo y el egoísmo; porque son los deseos mundanos los que producen inquietud y conflictos.
La paz interior no se puede comprar ni la puede lograr nada externo, puede ser la condición de un desposeído y una quimera para un rico.
La paz es el estado natural del hombre que permite el equilibrio interior, resuelve las dificultades y hace posible el crecimiento y el desarrollo.
La vanidad produce roces y peleas y arrastra al hombre a pretender reformar la sociedad sin haber empezado primero por estar en paz consigo mismo.
Para tener paz interior hay que perdonar, porque el perdón libera de la más pesada de las cargas y proporciona libertad auténtica.
El perdón es un proceso interno que nos libera del pasado y nos permite evolucionar.
Sólo el que tiene paz interior puede ser bondadoso, porque no tiene que defender ningún interés egoísta y está libre de las ilusiones de su entorno.
Fuente: Centro Internacional de Yoga Sivananda Vedanta