En la persecución de Diocleciano el número da mártires llegó a ser tan grande,que no se podía separar un día para asignarsela. Pero la Iglesia creyendo que cada mártir debía ser venerado, señaló un día en común para todos.
Gregorio III,consagró una capilla en la Básilica de San Pedro,
a Todos los Santos y fijó el aniversario
para el 1° de Noviembre. Gregorio IV extendió la celebración
del 1° de Noviembre a todas las Iglesias
a mediado del siglo IX.
Tambié se quizo integrar en la memoria y la oración
de los fieles,tantos Santos ignorados,
los del día a día, viviendo en silencio
la lucha de la vida...
La inmensa muchedumbre que nadie puede contar.
Las tradiciones populares son diversas
según los países.
En la España de Regiones,también difieren,
pero en general es vivida como una
memoria centrada en el recuerdo de los Difuntos.
Después de la visita a los cementerios,
muchos celebran en familia las comidas,
en el campo,en la casa o el restaurante.
Para algunos una ocasión de encontrarse
en ambiente festivo.
Según la fe cristiana, honrar a los Santos
es reconocer en ellos la presencia de Dios,
quien ha conducido y transformado sus vidas,
lo que llamamos la Santidad,
y es un día de fiesta y alegría.
Es una deformación confundirla
con el día de los Fieles Difuntos,pues ello ha
anulado de alguna manera
la importancia y el gozo
que conlleva el triunfo de la Vida en sus Santos.
Por esta razón,los Fieles Difuntos se celebra
el 2 de Noviembre.
UNIDOS A TODOS ELLOS,
Y A NUESTROS SERES QUERIDOS
Quetal
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