Los niños prematuros son los que nacen antes de término, motivo por el cual tienen menos peso y menos defensas.
La duración normal de un embarazo es de 38 a 41 semanas, que es lo que necesita el bebé para desarrollar todos sus órganos. La Organización Mundial de la Salud considera que si un niño nace antes de ese tiempo, es prematuro.
Según los datos suministrados por la Dirección de estadísticas e Información de Salud (DEIS), en Argentina, ocho de cada cien bebés son prematuros.
Los factores de riesgo que pueden adelantar los nacimientos son: la obesidad, la diabetes, la hipertensión, el bajo peso, madres menores de 17 años o mayores de 40 o los embarazos múltiples o muy seguidos.
Existen tres tipos de prematuros en función el tiempo de inmadurez que tengan al nacer:
los prematuros tardíos, que nacen entre las 32 y 37 semanas y que son aproximadamente el 84%, no presentan consecuencias;
los que nacen entre las 28 y 32 semanas, necesitan apoyo adicional y
los muy prematuros, que nacen antes de las 28 semanas exigen atención intensiva siendo posible que sufran discapacidades tanto físicas como neurológicas.
La primera causa de muerte de bebés desde que nacen hasta el mes se debe a su nacimiento antes de término; y en niños menores de cinco años ésta es la segunda causa de muerte, después de la neumonía.
Las consecuencias de la inmadurez al nacer pueden ser falta de desarrollo pulmonar, retinopatía o dificultades auditivas y para alimentarse por vía oral.
Según un informe suministrado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), nacen en el mundo quince millones de niños prematuros.
Aunque se conocen algunos de los factores de riesgo que influyen en el nacimiento de niños antes de término, aún no se conocen las causas de este fenómeno con exactitud.
Además del estrés, otra de las causas frecuentes de partos prematuros pueden ser el retraso del crecimiento intrauterino, así como los condicionamientos sociales como la pobreza y la educación.
En la Maternidad Sardá, de Argentina, el dos por ciento de los bebés que nacen en el año son prematuros, con un peso menor a los 1,500kg. El ochenta por ciento de esos niños, que pesan entre setecientos gramos y un kilo, sobrevive gracias a la atención especializada que reciben, una internación de dos o tres meses y la compañía de la familia.
No obstante, esos niños, que se consideran en situación de riesgo, necesitarán un seguimiento hasta la edad escolar con el objetivo de evitar el mayor número de secuelas posibles.
La permanencia de los padres durante la internación de niños prematuros es muy importante, no solamente para brindarles atención sino para acariciarlos y controlar su temperatura, el color de su piel y el oxígeno que habitualmente tienen que recibir esos bebés que si no es controlado adecuadamente aumentan las posibilidades de que sufran de retinopatía, enfermedad que puede provocarles ceguera.
También es esencial tener en cuenta la importancia que tienen los cuidados prenatales.
Fuente:”LNR”; 09/2012; “Prematuros”; Fabiana Scherer.