Esta vez me basaré en un Escrito de Lacan, que fue una conferencia en 1958, “La significación del falo”, en el cual propone la tesis de la que ya les he hablado; esa tesis de que el sujeto no asume su sexo por su genitalidad, ni tampoco por la relación sexual en sí, sino por la castración. Por el significante en general; el lenguaje hace ser hombres o mujeres a los seres hablantes, y en particular el significante en menos, el significante en falta, la castración, que es el pivote de la asunción sexual. Es decir que, que uno se asuma hombre o se asuma mujer, dirá Lacan, gira en torno a la castración.
Si bien no todos tenemos que estar atravesados por este dicurso psicoanalítico, vemos que diariamente se hacen discusiones sobre estos temas, y debates a todo nivel.
Lo sexual está en el centro de muchas discusiones, pero si hablamos de posiciones en relación al falo se abre un campo distinto de la discusión y se puede abordar esta temática de la homosexualidad desde una postura diferente.
La tesis de Lacan en este sentido es que no es la relación sexual con una mujer lo que hace hombre al hombre, ni la relación sexual con un hombre lo que hace a la mujer, sino su relación con el significante de la castración, con el falo, con el significante de la falta.
Ya que he introducido algo de la teoría del Edipo y la Castración, intentaré abordar la cuestión de la homosexualidad masculina.
En su Seminario 5, contemporáneo con el Escrito que les nombré al principio, Lacan ubica la homosexualidad masculina vinculada a un “disfuncionamiento” en el segundo tiempo del Edipo. Dice que por una falla en el padre, no acaba de realizarse esa separación entre el niño y la madre. Podemos decir que no se disuelve esa captación imaginaria de ser el falo como objeto de deseo de la madre.
Tenemos que estar advertidos y ser prudentes a la hora de situar causalidades en relación a la homosexualidad.
Lo que Lacan atisba en esta época es que ese disfuncionamiento que se produce en el segundo tiempo del Edipo tiene que ver con que hay una inversión de la metáfora paterna.
Por lo que, en vez de que exista la privación de la madre, ese segundo tiempo se concluye con que “es mamá quien lo tiene”.
En ese mismo registro Lacan ubica que el padre quiere demasiado a la madre –sin decir con esto que todos los padres que quieren demasiado a la madre producirán hijos homosexuales!!! Esto hay que tenerlo claro, es a lo que me refiero con ser cautelosos en poner rápidamente causas a la homosexualidad.
Pero, sin embargo, Lacan pone en relación estos dos hechos que les situé.
A partir de esto podemos situar tres puntos.
Y tercero, dice Lacan que si se teme al órgano femenino es en tanto “tragón del falo”.
Hasta aquí coso solo algunas puntadas en lo que se refiere a la temática de la homosexulidad masculina desde el Seminario 5 de Lacan.