En la batalla de Clavijo,que no está documentada ni confirmada, se cuenta que apareció Santiago montado en un caballo blanco y cortando cabezas a los musulmanes para ayudar a los cristianos. Ahí nace el mito de Santiago Matamoros. El Rey en agradecimiento al Apóstol Santiago prometió que todos los españoles pagarían parte de sus cosechas y de su vendimia a la Sede Compostelana. Desde el siglo IX hasta las Cortes de Cádiz, los españoles han estado pagando un impuesto por una batalla que no existió, y un Apóstol que bajo del cielo...que no bajó.