"Jesús vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros."
Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José?
Lucas 1,16-21
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Palabras misteriosas,pues parece
que en nuestro mundo todo
dice lo contrario.
Misteriosas porque su profundidad
se nos escapa.
Él, que es la Palabra de Dios
hecha Hombre
sabe lo que dice,y con su gracia
se puede llegar a comprender,porque
hay en Él una mirada que va mas allá
de la materialidad de las cosas.
Lo que diríamos un "Visionario".
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Quetal
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