Como vivir una vida sencilla y tranquila
En nuestra vida cotidiana, a menudo nos apresuramos para hacer las tareas, tratando de terminar todo lo que podamos cada día. Aceleramos nuestros coches hacia nuestro próximo destino, corremos a hacer lo que tenemos que hacer allí, y luego aceleramos hacia nuestro próximo destino, nuevamente.
Por desgracia, cuando nos acercamos a nuestro destino final nos damos cuenta de que todo esto es una locura. Al final del día, estamos agotados y estresados de la rutina y el caos. No tenemos tiempo para lo que es importante para nosotros, lo que realmente queremos hacer, como pasar tiempo con los seres queridos, y otras cosas que nos apasionan.
No tiene que ser así. Es posible vivir una vida más simple, una en la que disfrutemos de cada actividad, dónde se sienta placer y no vértigo.
Aquí hay algunas sugerencias para vivir una vida simple, tranquila, y que valga la pena.
Decide lo que es importante
Da un paso atrás y piensa en lo que es importante para ti. ¿Qué es lo que realmente quieres hacer, cómo quieres pasar el tiempo, qué es lo que quieres lograr con tu trabajo?. Haz una lista de las cosas necesarias para tu vida, las personas con las que deseas pasar tiempo, cosas que te gustaría lograr en el trabajo.
Examina tus compromisos
Una gran parte del problema es que nuestras vidas están demasiado cargadas. No podemos hacer todo lo que nos hemos comprometido a hacer, y desde luego no podemos disfrutar de ella si estamos tratando de hacer todo. Acepta que no puedes hacerlo todo, aprende a separar lo que es importante para ti, y trata de eliminar algunos compromisos de poco valor.
Hacer menos cada día
No llenes tu día con cosas que hacer. Vas a terminar corriendo a hacer todo. Si normalmente intentas hacer de 7 a 10 tareas por día, enfócate en las 3 más importantes en su lugar. Esto te dará tiempo para hacer lo que tienes que hacer, y no apresurarte.
Dejar espacio entre las tareas y compromisos
Otro error es tratar de programar cosas, una tras otra. Esto no deja margen en caso de que las cosas tomen más tiempo de lo previsto (siempre es así), y también nos da una sensación de prisa y vértigo a lo largo del día. En su lugar, deja un espacio de buen tamaño entre las citas o tareas, lo que te permite centrarte más en cada una, y tienes un tiempo de transición entre ellas.
Reducir la velocidad y disfrutar de cada tarea
Este es el consejo más importante en este artículo. Léelo dos veces. Lo que sea que estés haciendo, sea trabajo, comer, cepillarte los dientes, preparar la cena, conducir al trabajo: reduce la velocidad. Trata de disfrutar de lo que estás haciendo. Trata de prestar atención, en lugar de pensar en otras cosas. Esto no es fácil, ya que a menudo se olvida, pero encuentra una manera de acordarte. A menos que la tarea implique dolor real, cualquier cosa puede ser agradable si se le da la atención adecuada.
Crea tiempo para la soledad
Además de reducir la velocidad y disfrutar de las tareas, también es importante contar con apenas algo de tiempo para ti mismo.
No hacer nada
A veces, es bueno olvidarse de hacer las cosas, y no hacer nada, ni siquiera preocuparse. Sin embargo, que no se te haga costumbre.
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