¡¡CRISTO DE LA EXPIRACIÓN
Dejad que escale hacia él
la noche del Jueves Santo
¡Cuantas gotas de dolor
en la cárcel de sus ojos!
un rió de agua y pena
en mitad del corazón.
No tiene remedio el llanto
ni sentimiento mayor
cuando pasa suspirando
comidito de dolor.
Porque yo no sé, no sé,
quitarle esa pena amarga.
¡Qué sólo le veo pasar
tras las rejas de un balcón
el jueves de madrugá
Quisiera escalar a él
y tomarle entre mis brazos,
quitarle ese gran dolor
sufrimiento tan amargo
que me parte el corazón
al verlo crucificado.
Dejad que escale hacia él
la noche del Jueves Santo.
Ángel Cámara Jiménez
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