Para vivir dignamente se necesita coraje
La valentía es una actitud que tiene bastante de pasional.
Descartes.
Irremediablemente, al miedo hay que espantarlo. Puede que el conocimiento y la lógica disminuya algunos miedos, y otros incluso los elimine de manera absoluta, pero la razón no proporciona necesariamente la valentía o el coraje.
Las personas que consiguen activar la alegría y la ilusión, lo hacen porque saben y creen que pueden conseguirlo, porque son conscientes de la recompensa que supone trabajar sobre sus capacidades y sus límites. Por ello, también debiéramos activar nuestra energía para ejercitar nuestro valor y tratar de convencer los temores, no de vencerlos.
El valor, el coraje, es el motor para vivir dignamente, para amar, gritar, renunciar, pelear, para ser feliz y mil cosas más necesitamos ser valientes y prudentes. Ante una circunstancia que nos genere inseguridad o alarma, se producirán descargas químicas como la adrenalina en nuestro cuerpo, que prepararán a nuestra mente, tanto para recibir un impacto, y escapar del choque, o también con el objeto de enfrentar el peligro que nos amenaza.
La regla primordial para superar el miedo en psicología clínica, es enfrentarse al mismo, exponerse ante él, agotarlo y eliminarlo. Las personas que son innovadoras, que se arriesgan y que buscan indagar en todo lo desconocido, generan una mayor inmunidad ante la incertidumbre , angustia y el desasosiego que generan las situaciones que nos aportan miedo e inseguridad.
En momentos actuales de tanta incertidumbre, la valentía es un valor imprescindible ya que el coraje nos invita a la acción, a ser audaces, coherentes y generosos. Y la autentica riqueza de un ser humano no olvidemos que reside en lo que habilidosamente puede ser capaz de dar de sí mismo.
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