Ser feliz es una elección, tu elección. La felicidad no es una cima a alcanzar.
Durante mucho tiempo la Psicología estuvo enfocada principalmente en el estudio de facetas negativas y patológicas del ser humano, incluyendo la depresión, el estrés, la ansiedad, etc. La realidad es que en forma muy frecuente quedaban fuera de cuadro los fundamentos del bienestar, de la felicidad del individuo, como así también de las virtudes y aspectos favorables del ser humano.
A este campo dedica su estudio
la Psicología Positiva, abarcando temáticas como la felicidad, la sabiduría, la inteligencia emocional, la resiliencia, el sentido del humor, etc. El objetivo de esta área de la Psicología es lograr una mejora en la calidad de vida de las personas y alcanzar un mayor grado de felicidad y satisfacción personal, por lo cual también a menudo es llamada la
“Ciencia del Bienestar”. A continuación compartimos contigo algunos aspectos que puedes tener en cuenta si tienes intenciones de aprender a ser feliz contigo mismo y disfrutar del bienestar que buscas.
Lo primero que tienes que saber, es que
ser feliz es una elección, tu elección. La felicidad no es una cima a alcanzar. La respuesta está dentro de ti. Más bien, es un estado de ánimo, de satisfacción personal, que te ayuda a definir y ajustar tus objetivos, ampliar tu mente y contemplar las posibilidades a tu alcance de forma positiva. La felicidad es también una poderosa energía que se extiende a los que te rodean proporcionando bienestar a todos.
Tú tienes que elegir ser feliz y para ello hay unas cuantas cosas que te pueden ayudar:
Toma una actitud positiva ante la vida
Se trata, en primer lugar, de
mostrar nuestro agradecimiento por lo que ya tenemos. Para un momento y mira a tu alrededor y contempla lo que tienes, seguro que hay mucho que agradecer.
Nuestros momentos positivos de alegría, amor y entusiasmo pueden superar y neutralizar los momentos negativos de ira, odio o apatía. Si tenemos una fuerte determinación, actuamos y nos esforzamos podemos desarrollar estos hábitos positivos y
hacerlos predominantes en nuestra vida. Todo se basa en si estamos contentos con lo que tenemos, por eso muchas personas que aparentemente lo tienen todo, no logran la felicidad ya que, de alguna forma, siempre necesitan algo más.
Haz tu vida más simple
En ocasiones, sentimos que tenemos que llenar nuestra vida de cosas, de distintas actividades que supuestamente tienen que hacernos felices. Sin embargo, por el camino nos perdemos y no hacemos las actividades que realmente nos proporcionan la felicidad que buscamos. Entonces, parece que no tenemos tiempo para nada y resulta frustrante; al final no tenemos un rato para tomar un café con un amigo, o sentarnos a escuchar buena música.
Tienes que tener claro cuáles son tus tiempos de trabajo y cuáles tus tiempos de ocio y
no dejar que nada aparte tu atención de esos momentos de esparcimiento y diversión, porque ellos son más necesarios de lo que creemos.
Sintoniza tu cuerpo y mente
Cuando tu cuerpo y tu mente están en sintonía todo va bien y te sientes feliz. Por eso
es tan importante el ejercicio físico para tu estabilidad emocional, ya que el mismo libera estrés y alivia la depresión, consiguiendo la armonía entre mente y cuerpo.
Tomarte simplemente un momento para hacer unas cuantas respiraciones profundas y relajarte, puede suponer una enorme diferencia en tu estado de ánimo.
Siente en plenitud
Reprimirse es un error.
No te exijas tanto, date un respiro y bríndate el permiso de experimentar distintas emociones, “buenas” o “malas”, da igual. Muchas veces creemos que no es bueno sentir envidia o miedo y reprimimos esas emociones. Sin embargo, ellas forman parte de la vida y tenemos que asumirlas con naturalidad.
Decídete a ser feliz. Controla tu diálogo interno y
observa cuando te dejas llevar por la negatividad hacia la infelicidad. El camino correcto es cultivar la felicidad
trabajando activamente y cambiando tu actitud mental. lamenteesmaravillosa.com