El auge de la teología de la liberación trajo consigo el desarrollo de lo que podríamos denominar una teología feminista, que trata de realzar el rol de la mujer en la reflexión teológica. Jesús siempre ha sido reconocido como alguien que supo darle su lugar a la mujer en un tiempo como el suyo en el que las mujeres no tenían mayor valor.

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Surge entonces la pregunta, ¿podemos decir que Jesús fue un feminista? Utilizar la palabra feminista puede sonar a algo anacrónico. Jesús no fue un feminista en su tiempo porque hablar de feminismo en la época de Jesús no tenía cabida. Jesús tampoco fue un feminista si por feminismo entendemos el activismo en la defensa de los derechos de la mujer. Sin embargo si establecemos que una manera de ser feminista es desafiar las estructuras patriarcales de su tiempo, centradas en la figura del hombre obviando a la mujer, y con ello dar a conocer una nueva manera de comprender a Dios, un Dios inclusivo, entonces sí podemos decir que Jesús fue, a su manera y antes de tiempo, un precursor del feminismo.