FERNANDO VILLALÓN DAOÍZ Y HALCÓN, conde de Miraflores de los Ángeles, también conocido como EL POETA BRUJO, nace en Sevilla, un 31 de mayo de 1881.
Criador de toros de ojos verdes, teósofo, ganadero y poeta fue condiscípulo en El Puerto de Santa María de Juan Ramón Jiménez cuando ambos estudiaban bachillerato. Vivió casi siempre en Andalucía dedicándose a la agricultura y la ganadería de reses bravas. Fue un lector compulsivo pero desordenado poesía vieja y nueva, tauromaquia, espiritismo etcétera. "Las cosas de Fernando" que decía Lorca.
Sus amigos, los miembros de la Generación del 27, especialmente Rafael Alberti, admiraban su enorme vitalidad y generosidad. "Ese caballero ardiente por las arboledas perdidas" decía el poeta de su amigo.
En 1918 comienza a escribir poemas del que será su primer libro: "Andalucía la Baja". Fundó y dirigió la revista “Papel de Aleluyas”, impresa en Huelva y Sevilla entre 1927 y 1928. Su poesía, muy imaginativa, anticipa a veces el Surrealismo.
En 1928 Publica su libro “La Toriada”, en 1929 “Romances del Ochocientos” dedicado a Juan Ramón Jiménez y en 1944 sus “Poesías Completas”.
Su personalidad ha subyugado a la crítica y la ha bloqueado. Para la mayoría de los lectores y críticos literarios, Villalón es un poeta atractivo, pero menor. colorista y fandanguero. Pero, si ahondamos en su literatura, encontramos a un poeta de un canto hermosísimo, con frescura. Se interpreta al hombre en perjuicio de la obra pero su poesía está llena de mitos, magias y extrañas creencias.
Sus últimos años los pasó en la ruina absoluta. Ruina a los que le habían llevado aquellos "negocios absolutamente poéticos" de los que hablaba Alberti. Gastó una gran parte de su fortuna heredada buscando y queriendo conseguir una ganadería de toros con los ojos verdes, mito de la Atlántida, conseguir el toro-dios del relato platónico; y otra gran parte la gastó comprando tierras en busca del origen de Tartessos:
"Aquí, aquí, en esta tierra que piso, cuna de la civilización ibérica, el Hércules egipcio, hijo de Osiris, fundador de Hispalia, dio la primera nota taurina en el mundo. Aquí fue su lucha decisiva con Gerión, tirano de Tartessos, para arrancarle la posesión de los célebres toros colorados que guardaba el terrible perro Orthos. Cuando los romanos alcanzaron estas márgenes del Guadalquivir, no tuvieron nada que civilizar. La cultura turdetana abría sus aulas al invasor, que se benefició en ella... "
Tras vender sus pocas tierras, su ganadería (dicen que a Juan Belmonte) y ser despreciado por sus amigos de Sevilla, marchó a la capital de España a esperar la muerte, sólo acompañado por su inseparable compañera Concha Ramos. Murió así este hombre, nigromante, teósofo, conde, alquimista, manirroto, chamán, hipnotizador, ganadero y, sobre todo poeta.
Murió en Madrid, el 8 de marzo de 1930.
COPLAS A LA MUERTE DE FERNANDO VILLALÓN:
Fernando murió muy lejos del Guadalquivir natal, río de taurinos peces que, en garrochas de cristal, dando el salto del trascuerdo, saltan el testuz del mar. ¡Qué manos izquierda tenía en faenas de amistad! ¡Qué inteligencia en la brega! ¡Quién lo habría de esperar Tan pronto, cuando cambiaba, la seda por el percal!....
(Adriano del valle)
A caballo de un cantar, por los prados de la muerte, va Fernando , mayoral de toros con ojos verdes.
(Antonio Murciano)
Doblad, que murió Fernando, vaca, añojo, utrero, eral… que formen vuestros cencerros un doble de funeral, funeral de toros bravos que lloran su mayoral.
(Pío Gómez Nisa)
He traido a este poeta que me lo has recordado tú, pues ha quedado olvidado.
Gracias
Amaly
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