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♥MENSAJES DE IKHANNA♥: la inteligencia emocional
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: IKH@NN@  (Mensaje original) Enviado: 11/07/2013 20:52
 

La importancia de la inteligencia emocional

 En la película Una mente maravillosa, la cual narra la lucha contra la esquizofrenia del matemático John Nash, premio Nobel de economía, hay una escena que ejemplifica la inteligencia emocional. Un joven Josh Nash se encuentra en un bar cuando se acerca a una chica que llama su atención. En vez de usar las típicas frases de conquista, caracterizadas por un juego sutil, su propuesta es directa y sin escalas: prefiere ahorrarse todo el ritual de cortejo y exigir un “intercambio de fluidos”. Romántico a morir. La chica, quien lo mira atónita, no puede más que pensar que se trata, efectivamente, de un bruto. Sin embargo, John Nash es considerado una eminencia, y aun en esos precoces años juveniles, ya se destacaba incluso sobre sus mismos profesores en la universidad. En todo caso, a nivel de inteligencia emocional, su coeficiente intelectual no debía de ser tan robusto.
 

La inteligencia emocional es aquella capacidad que nos permite controlar nuestras emociones y expresarlas de forma asertiva. Aunque la palabra “inteligencia” suele estar ligada con conceptos relacionados con la memoria y la capacidad cognitiva, la mente es mucho más amplia y desde el siglo pasado los científicos se han dedicado a estudiar otras áreas del cerebro.
 

Ya desde los orígenes del ser humano las emociones llevaban la batuta: el tronco encefálico, la parte más primitiva del cerebro que controla funciones básicas, dio origen a los centros emocionales y no fue sino hasta millones de años después que se originó el neocórtex, que nos brinda la capacidad de raciocinio. En ese orden es en el que actuamos hasta el día de hoy: primero sentimos algo y luego razonamos al respecto; primero nos duele un dedo y luego nos damos cuenta de que nos lo hemos pillado con la puerta.
 

Más allá, la amígdala es la parte del cerebro donde se controlan las emociones. Si se separa, perdemos la capacidad de analizar el significado emocional de los acontecimientos y se afecta la memoria, ya que es ella la que guarda todos los recuerdos ligados a nuestras emociones, tanto los felices como los traumas. Incluso, sin la amígdala, perdemos la capacidad de secretar lágrimas. Una verdadera ceguera afectiva.

 

También aquí reside el motivo de por qué las experiencias de nuestra infancia juegan un papel tan importante en nuestra vida adulta. De niños, los recuerdos se graban directamente en la amígdala, sin un proceso verbal que los respalde. En aquel entonces, los acontecimientos se limitaban a puras emociones, sin que contáramos con las palabras suficientes para explicar lo que sucedía y por qué. Más adelante en nuestras vidas, estos recuerdos emocionales surgen una y otra vez, sin que podamos muchas veces controlarlos, aunque nuestro ser adulto sepa que son irracionales.
 

Muchos niños y adolescentes problemáticos en la escuela son calificados erróneamente como “tontos”, cuando en realidad su problema no es de corte cognitivo, sino emocional: tienen dificultades para manejar sus emociones e impulsos. Y es que todo nuestro pensamiento está orientado hacia mantenernos en un confort emocional. Si no nos sentimos bien, por muy racionales que puedan parecer las circunstancias para convencernos de lo contrario, no estaremos en condiciones de encontrar un equilibrio.

 

En una sociedad donde el raciocinio parece dominar cada vez más sobre las emociones, es importante tener en cuenta de que la inteligencia emocional juega un papel más primordial incluso que el cerebro racional. Sin embargo, en los sistemas educativos rara vez se le da prioridad a la educación emocional.  No estamos educados a observar lo que sentimos y, por lo tanto, no sabemos cómo actuar ante nuestros sentimientos de forma efectiva.
 

De este modo, vemos cómo la inteligencia emocional juega un papel más importante que meramente para ligar en un bar. A través de ella logramos motivarnos, controlamos nuestros impulsos, regulamos los estados de ánimo y empatizar con los demás. Nos permite no sólo convivir con quienes nos rodean, sino sobrevivir. Es, en fin, la que controla gran parte de quiénes somos.  


lamenteesmaravillosa.com



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