En voz baja
En voz baja decir, amor, tu nombre, junto a ti, a tus oídos, a tu boca. Y ser ese animal feliz que junta sus mitades. En voz baja o sin ella, muda la boca revertida a su unidad: silencio inaugural que a verbo y carne otorga nueva vida. Los ojos, ciegos, de regreso al todo: luz revelando mundos como fueron o son, como serán. Vueltos a ser alegría del otro, uno consigo mismo en compañía. Una vida otra: la tuya; tan amada. Volver a ser origen sin tristeza o dolor, sin miedo, sin nostalgia, o con ellos: tú y yo, nuestros recuerdos y cenizas.
Pablo Aemando Fernández
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