El ritual del trastorno obsesivo compulsivo
Abarca toda la solemnidad de un ritual. Paso uno: lavarse las manos veinte veces, desde la punta de las uñas hasta las muñecas. Paso dos: secarse las manos a consciencia con una toalla inmaculada, sin pecados de mugre en sus fibras. Paso tres: repetir los pasos número uno y dos veinte veces. Si diez es el número máximo que se puede alcanzar en las calificaciones de la escuela, entonces el doble, para mayor seguridad. Paso cuatro: tomar seis cuadritos de papel higiénico, ni uno más ni uno menos. Tres para protegerse los dedos de la mano izquierda y recoger la toalla , y otros tres para lograr abrir la puerta sin ensuciarse de nuevo.
Ley: repetir todo después de una hora. Y luego, cuando las campanadas del reloj lo dicten de nuevo, repetir los pasos uno, dos, tres y cuatro. Y sesenta minutos más tarde, de nuevo. Y así todo el día.
Es el ritual del trastorno obsesivo compulsivo. Algunos de quienes lo practican hasta saben que no es necesario, que es irracional y puede lamentar toda la cantidad de tiempo que pierde en realizar la ceremonia. Pero no consigue evitarlo. Simplemente tiene que hacerlo.
Paliar la ansiedad a través de rituales
El trastorno obsesivo compulsivo (conocido como TOC) consiste en repetir acciones (las cuales se denominan compulsiones) para paliar la ansiedad que una persona siente. Está entre las cinco enfermedades psiquiátricas más comunes.
Quien lo padece suele tener una obsesión: una imagen, una idea o pensamiento recurrente que invade la consciencia de forma involuntaria, como por ejemplo, la suciedad. Para combatir la ansiedad provocada ante esta obsesión, la persona realiza entonces acciones repetitivas, que llegan a ser ilógicas y exageradas. Por lo general, quienes tienen TOC saben que es algo irracional y no sienten ninguna gratificación al hacer sus rituales, pero de alguna forma ayuda a amortiguar la ansiedad que experimentan.
Eliminando las ceremonias
Como acontece con la mayoría de los trastornos de ansiedad, la psicoterapia y los fármacos son las herramientas principales para eliminar este tipo de ceremonias obsesivo compulsivas.
Los ansiolíticos y antidepresivos ayudan a aminorar la ansiedad en los casos más graves, mientras la terapia avanza. Por otro lado un enfoque terapéutico que ha demostrado ser bastante exitoso es el conocido como la Exposición y prevención de respuesta.
Consiste en exponer al paciente a las situaciones que le generan ansiedad y que se acostumbre paulatinamente a manejarlas. Por ejemplo, alguien que se lava las manos puede ser motivado a tocar un pequeño objeto que considere sucio y no lavarse las manos por dos horas. Después, puede intentarlo con objetos más grandes o con más tiempo sin acudir al jabón en busca de consuelo. Aunque la persona no lo crea, la ansiedad se reducirá con el tiempo.
Lo importante por tener en cuenta es que el trastorno obsesivo compulsivo es tratable y que no hay necesidad de que los rituales dominen nuestras vidas, aunque en algún lado de nuestra mente se nos intente convencer de lo contrario a punta de jabón, numerología irracional o simplemente miedo.
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