Esa ha sido mi oración ferviente esta mañana,por todas las víctimas y pensando que muchos de los viajeros serían peregrinos que se dirigían a Santiago Apostol. Así es el
misterio de la fragilidad de nuestras existencias. Pero eso no impide que existe Alguien
muy grande que conoce lo mas profundo del corazón de cada una de la victimas,y que para Él, la vida no termina con nuestra vida terrestre...
A Él encomiendo todas las victimas y sus familias, y me inclino ante ese dolor...
Quetal