Por una alameda voy,
por una alameda vengo,
qué buena suerte que tengo:
Disfrutar la vida hoy.
Es como la vida mía
esta alameda del cuento,
rebosante de alegría
cuando la acaricia el viento.
Los árboles que bordean
la alameda de mi andar,
cuando me escuchan cantar
se menean, se menean.
Con sus aguas cristalinas
al canto se une el riachuelo,
los angelitos del cielo
y también, las golondrinas.
La verde naturaleza
tan bonita que se mira,
contemplando su belleza
mi corazón hoy suspira.
al canto los pajaritos
y, en coro con sus trinitos,
acompañan mi sentir.
El aroma de las flores
perfuma el aire el pasar
y, con el sol al brillar,
me regalan sus colores.
Cantando por mi alameda
muy feliz me siento yo,
y en cada tonada queda
la vida que Dios me dió.
DRA
Poema romántico
a la Naturaleza
Quetal
(Problema con la escritura)
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