Basta de herir a los demás con tus palabras
Las palabras tienen un poder tan fuerte que no solo hieren a la persona cuando son dichas, sino que pueden quedarse grabadas para siempre en el corazón y el alma, creando inseguridades y rompiendo relaciones. ¿Eres una persona que se comunica negativamente? Detén los daños y salva tus relaciones.
Los seres humanos somos seres sociales, lo que implica que mantenemos comunicación con diferentes personas a lo largo del día. Esta comunicación puede darse en diferentes situaciones, perspectivas o estados de ánimo y no siempre resulta sencillo mantener una comunicación sana con quienes nos rodean.
Puede pasar que no somos buenos expresando nuestras ideas y sentimientos, que no sabemos comunicarnos en pareja o que simplemente no prestamos atención al momento de interactuar con los demás. Todo esto puede ocasionar que nos volvamos personas indeseables para quienes nos rodean. Existen cuatro tipos muy claros de la mala comunicación:
1. Críticas hacia los demás
Está bien levantar la voz cuando está ocurriendo algo que no nos gusta o que nos afecta de alguna manera. El problema aparece cuando parece que únicamente gastamos nuestro tiempo en recriminar y acusar a quienes nos rodean. Estas críticas siempre tratan de demostrar la inferioridad del otro y pueden iniciar con:
- “Es que tú…”
- “Eres…”
- “Deberías…”
- “Sería mejor que tú…”
- “Tu familia, tus amigos…”
2. Declaraciones universales
Cualquier tipo de frase que generalice o genere estereotipos sobre personas o conductas, por ejemplo:
- “Tú siempre…”
- “Ustedes nunca…”
- “Eres tan…”
- “Todo el tiempo estás…”
- “Otra vez…”
3. Atención negativa en la persona sin tomar en cuenta el problema
En toda situación que se presenta hay dos aspectos a tomar en cuenta: las personas inmiscuidas y el problema suscitado. Cuando se presta atención negativa a la persona y no se muestra interés en el problema real, se está dando una pésima comunicación.
Ejemplo de mala comunicación: ¡Nunca haces nada! ¡Eres un flojo!
Ejemplo de buena comunicación: Sé que estás muy ocupado, pero al menos podrías ayudarme limpiando y ordenando tu habitación.
4. Demeritar sentimientos
Las personas somos sensibles por naturaleza, incluso aquellas que no suelen demostrar sus sentimientos. Por esto, demeritar o invalidar sentimientos puede ser el arma que termine totalmente una relación. Demeritamos sentimientos cuando no reconocemos emociones, los minimizamos, ignoramos o juzgamos negativamente. Por ejemplo:
- “No me interesa lo que opines”.
- “Me tiene totalmente sin cuidado lo que sientas”.
- “No seas tan dramático”.
- “No estés tan feliz, en realidad no hiciste nada sorprendente”.
La inteligencia aplicada a la comunicación
Aunque todos somos seres autosuficientes con grandes capacidades y cualidades, siempre necesitamos escuchar y ser escuchados por los demás. Siempre debemos pensar que la forma en que hoy actuamos definirá nuestro futuro y si herimos a la gente que hoy nos acompaña, al final se cansarán, nos evitarán y finalmente se alejarán totalmente. No se trata de mentir o conformarnos, pero sí de ser inteligentes en nuestra comunicación.
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