Vive como quieres, no como debes

¿Te has encontrado alguna vez haciendo lo que “debes” hacer en lugar de lo que “quieres” hacer? ¿Has estado por mucho tiempo en una relación que quizá otra persona envidiaría, pero que a ti simplemente no te satisface? ¿Tienes el trabajo que a tu vecino le encantaría hacer, pero que tú sientes como un sacrificio o un obstáculo para hacer lo que realmente te gustaría hacer?
 

En la vida llegas a conocer a gente que sonríe todo el tiempo y que es feliz con el trabajo que realiza, aun cuando gane mucho menos que tú o aun cuando su trabajo sea mucho más difícil que el tuyo. ¿Y qué tal aquellas personas que se ven disfrutando de la vida, sin quejarse por situaciones adversas que salen completamente de su control? Pareciera una ironía de la vida, pero…

¿Cuál es el secreto de la felicidad?

En realidad no es un secreto. No hay nada mejor que ser libre para ser feliz. Y ser libre significa hacer realmente lo que “quieres” hacer, en lugar de hacer lo que debes hacer. Esto significa tener el “coraje” de no trabajar en lo que no te gusta, aunque tus padres o tu mejor amigo te hayan dicho que es el “mejor” trabajo para ti.

Ser libre implica tener el coraje de concluir una relación que no te lleva a ninguna parte, aunque al tomar la decisión tengas que pasar algún tiempo sin pareja y aprender a estar solo hasta encontrar a la persona adecuada.

Ese es tu derecho principal: tener Libertad para ser tú mismo(a), sin importar lo que puedan pensar los demás; hacer lo que a ti realmente te gusta, con placer.

Cambiar el rumbo

Pero ¿cómo hacer para cambiar el rumbo de tu vida cuando parece que todo debe ser de una manera preestablecida? Una de las formas más prácticas es comenzar por preguntarte a ti mismo(a) qué es lo que realmente quieres hacer. Es dejar de complacer a los demás en lugar de complacerte a ti mismo(a). Es dejar de imitar a tu prima que es como una hermana, en lugar de buscar tus propias alternativas. Es dejar de cubrir las expectativas de los demás en lugar de cubrir tus propias expectativas. Es encontrar tu propio sentido de la vida.

Un ejercicio práctico para "romper" nuestros propios esquema de creencias: Imagina que no tienes ningún tipo de presión de nada, ni de nadie. Nadie opina en contra de tus gustos y tampoco estás ajustado por necesidades económicas urgentes. ¿Qué harías...? ¿A qué te dedicarías?

Claro, todos tenemos presiones de distinta clase y responsabilidades que atender, no estamos aislados y tampoco podemos hacer siempre lo que queremos, pero el ubicarte en ese escenario hipotético te permitirá descubrir cuáles son tus verdaderos deseos, tus sueños ocultos bajo toda esa maraña de deberes, opiniones y presiones externas. Quizás no puedas cumplir todos tus anhelos hoy mismo, pero al menos tendrás claro cuál es tu norte en la vida, tu llamado interior. 

Difícil, pero no imposible

El mundo no se detiene si dejas el trabajo en el que has pasado cinco años de tu vida sintiendo que debes cumplir con tu deber. Siempre existe la forma de cambiar tu ocupación por algo que realmente te guste y que puedes hacer con placer. ¿Cuántas personas realmente pueden decir que trabajan por gusto y no por obligación?

Tampoco pasa nada si empiezas a practicar como adulto la actividad que soñaste durante toda tu vida. El deporte que te hacía tanta ilusión cuando eras pequeño(a), o iniciar la actividad artística que nunca pudiste realizar porque estaba fuera de tu alcance.

Cuando hagas caso a tu intuición, cuando logres conectarte con tu verdadera esencia, sabrás lo que realmente quieres hacer, y habrás dado el gran paso para disfrutar tu vida como realmente te lo mereces.


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