Ir contra la corriente
Nacemos siendo la versión más auténtica de nosotros mismos, y simplemente somos, expresando con total espontaneidad lo que queremos y lo que no, sin juzgarnos ni compararnos con nadie.
Pero poco a poco, la sociedad nos va transmitiendo lo que se espera de nosotros, dictándonos cuáles son los caminos que debemos seguir, y aquellos que siguen los caminos considerados exitosos reciben admiración y aprobación, convirtiéndose en modelos, y a veces hasta en ídolos, a los cuales se quiere imitar… pero ¿hasta qué punto esos modelos nos pertenecen, o son modelos prestados, ajenos a nuestra única y particular misión y vocación?
Los distintos llamados
La palabra vocación significa "llamada", la cual proviene del latín vocare, que quiere decir llamar. Nuestra vocación, entonces, es un llamado, esa voz interior que nos indica cuál es nuestro verdadero camino, no sólo en lo profesional, sino en todas las áreas de la vida, lo cual vendría a ser nuestra misión.
El problema surge cuando esos falsos llamados, que son ajenos a nosotros, nos impiden escuchar la voz de nuestra vocación. Quizás porque nos aterrorizan diciéndonos que si no logramos determinadas metas, vamos a ser unos fracasados, o nos desaniman diciéndonos que no aspiremos grandes cosas porque no somos capaces… o tal vez nos seducen y deslumbran con cosas materiales, haciendo que confundamos los medios con los fines.
Aunque es más fácil y seguro seguir estos caminos convencionales y hacer lo que la mayoría de la gente hace, esto nos cuesta muy caro: nada más y nada menos que nuestra realización personal y nuestra felicidad, porque
el no desarrollar nuestro potencial y no hacer lo que vinimos a hacer, trae una inevitable frustración. Y por más que tratemos de distraerla con cualquier cosa, desde el internet o la televisión, hasta el alcohol o las drogas, inevitablemente siempre nos va a hacer sentir que nos falta algo.
Entonces,
¿qué hace que algunas personas se atrevan a desafiar lo que parece imposible de lograr y no se dejan desanimar por las críticas? Es la certeza que surge cuando claramente escuchan su vocación y saben que eso es lo que tienen que hacer, y punto.Estas personas desarrollan su vida interior, pasando tiempo a solas consigo mismas e invirtiendo tiempo y esfuerzo en su crecimiento personal y cultivando su espíritu. Esto los hace salirse del rebaño y no dejarse llevar por la mayoría, aunque tengan que ir contra la corriente.
Estas personas saben que el llamado de la vocación se distingue de todos los demás porque es apasionante, irresistible y les produce una satisfacción que va más allá de la recompensa material o de la aprobación que puedan recibir.
Los obstáculos
Una vez que hemos dado el gran paso de reconocer cuál es nuestra única y verdadera vocación, hemos ganado una batalla clave, pero hay que estar preparados respecto a los obstáculos que surgirán en el camino, como críticas, o personas bien intencionadas que intentan disuadirnos porque nuestra idea les parece arriesgada y condenada al fracaso. Incluso, podemos fracasar en el intento una, varias o muchas veces, pero si estamos plenamente convencidos de que ése es el camino que nuestra vocación nos indica, la única opción válida es persistir.
Y
aunque resultan incómodos, los obstáculos no están ahí para impedir que desarrollemos nuestra vocación, sino por el contrario, nos ayudan a descubrir recursos internos que ignorábamos que teníamos, fortaleciéndonos y contribuyendo a nuestro crecimiento personal. Además, cuando sabemos que estamos en el camino correcto, nos abrimos con seguridad ante el mundo y así podemos recibir la ayuda que necesitamos para seguir adelante.
Hay muchos caminos, pero hay un camino que es exclusivo para cada uno de nosotros, y no hay nada en este mundo que se compare a la inagotable satisfacción que se siente al sintonizarnos y seguir el llamado de nuestra vocación.lamenteesmaravillosa.com