La almohada para dormir
Y es que mucha gente habla de la importancia de vivir el presente, el ahora. Esta gente no se equivoca, vivir el momento presente hace disfrutar de aquello que se está haciendo. Si está pensando en sus problemas mientras come, quizás no se esté dando cuenta de lo sabrosa que está la comida (o lo mal que sabe). Igualmente, si se va a la cama pensando en todo lo que no ha hecho hoy y en lo que tiene que hacer mañana, tardará más en conciliar el sueño.
Por tanto, no hagan consultas con su almohada, úsenla para reposar la cabeza, no más. Eso siempre y cuando les apetezca quedarse dormidos rápidamente. Pero si lo que quieren es disfrutar de una larga agonía de pesares y vigilias, no duden en consultarle a su almohada todo lo que se les pase por la cabeza, sin olvidar esas hipótesis imposibles que ocasionalmente acechan.
Aquellos que acuden a la consulta de la almohada, han de saber que tienen el riesgo de dormir menos y en peores condiciones, pues lo ideal es irse a la cama lo más relajado posible. Si en su consulta nocturna salen a relucir sus problemas, es muy probable que estos merodeen también en sus sueños sin dejarle descansar al 100% y convirtiéndolos en pesadillas. Si lo que quieren es debatir acerca de sus problemas, les aconsejo que lo hagan a lo “Botella style”, con su relaxing café in the Plaza Mayor de su pueblo o ciudad. Hay un dicho en Galicia del que desconozco su procedencia original y que dice lo siguiente: “o que perde a noite perde o día” (el que pierde la noche pierde el día), así que cuanto mejor descansemos por la noche, más y mejor rendiremos por el día.
No soy capaz de relajarme
Si no es capaz de llegar a la noche relajado o no consigue conciliar el sueño por el motivo que sea, existe otro método para que el sueño le encuentre a usted, aunque exige una gran fuerza de voluntad. Salga de su cama, póngase ropa para salir y dé una vuelta a la manzana o a su vivienda. Cuanto peor sea la climatología exterior mejor y más efectivo será este consejo.
Recuerden que tampoco es aconsejable hacer ejercicio antes de dormir, aunque puede ser muy bueno hacerlo dos o tres horas antes. De este modo, el organismo tiene tiempo para bajar su temperatura corporal y que los músculos relajen las tensiones propias de la realización del ejercicio físico.
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