Pelamos los tomates y los cortamos en grandes trozos introduciéndolos en un vaso para batir.
Añadimos la miga de pan del día anterior, los ajos pelados y cortados (recomiendo que se le quite la raíz de en medio, no repetirá), la sal y un chorrito de aceite de oliva. Comenzamos a batir y vamos añadiendo el aceite como si se tratara de montar una mayonesa.
Servir bien frío en un bol y espolvorear con el jamón picado y el huevo duro.
Nota:
Este plato queda muy rico también con laminitas de bacalao ahumado, migado con boquerones fritos o simplemente con patatas fritas pajas.
Y si lo prefieres, unta el salmorejo en una tostada y ponle lonchas de jamón o bacalao. Es otra manera de disfrutarlo.
¡¡BUEN PROBECHO!!